Vine del norte,
y en el camino me encontré una estrella fugaz,
le pedí un deseo y allí estabas tú;
lloviendo en enero
y yo tiritando por tus labios.
No quería enamorarme esa noche.
Después de aquella vez no volví a verte,
nunca más vi un deseo, una estrella,
después de esa noche empecé a extrañarte,
mi canción se hizo melancolía
y cada voz que merodeaba
se hizo charco de mal día...
En Lima seguía lloviendo
y las calles como siempre
se llenaban de gentes sin destino.
Adiós a mi norte, perdido por un deseo...
Hace nueve meses entré a una iglesia,
mis labios se marchitaban
y sentado me puse a llorar,
mas no vi ni una lagrima caer al piso.
Volví entonces la cabeza
y a la entrada de pie estaba mi princesa
- ¿Dónde habías estado? Le pregunté.
- ¡Te extrañé! Le exclamé.
Nunca oí su voz.
Me tomó de la mano y salimos a caminar.
Gastábamos la tarde en la alameda,
una sonrisa, unas miradas no faltaban en los dos
y otra vez, una estrella surgió...
Oí entonces diciéndome una voz.
- Siempre he estado a tu lado,
nunca dejaré que tus lágrimas se pierdan en el piso.
Mi princesa ya no estaba.
Salí ebrio de esa tarde,
mi mente no me aseguraba lo sucedido.
Llegue a casa y de tanto recordar me quede dormido.
Tuve un sueño hermoso esa noche,
ella estaba a mi lado,
sus labios y los míos se acariciaban tiernamente.
Y en voz baja me decía:
- Nunca te dejaré.
Sentía entrar el sol por mi ventana,
empezaba a amanecer...
A mi lado sentí una cálida presencia,
de a poco abrí los ojos
y pude ver que era ella. Estaba junto a mí, dormida.
Creí que estaba en el cielo.
Ella empezó a despertar;
me dijo: - Buenos días.
Me miró y me dió un beso...
Creí que seguía soñando,
que deliraba por la noche anterior...
sin embargo ella tomó mi mano,
acaricio mi mejilla y me volvió a besar...
Yo cerré los ojos por un instante,
no podía creer tanta paz,
tanta felicidad libre.
Y cuando volví a mirar
ella ya no estaba,
me levanté a fin de encontrarla,
busqué por toda la casa
vi por la puerta y la ventana.
Pero fue inútil; toda ella se había desvanecido.
...Desde entonces
cada vez que llega la noche
prendo una melodía
y me siento en la azotea
contemplando el cielo oscuro,
anhelando en que algún momento
vuelva mi princesa,
mi estrella, mi tú...
12-13-05
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